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Dícese de la atración gravitacional entre los ingleses (o cualquier otro ricachón rubio de orígenes anglosajones) y los españoles (o cualquier otro listillo falto de pasta).
Este fenómeno se originó allá por el siglo XVII, cuando los ingleses a bordo de transcharcos llegaron a la península ibérica irrumpiendo como locos en las playas untándose de cremas y los edulcorantes necesarios para mantener su color artificial. Los ingleses se dedicaron a pasearse por las calles con sus carretillas, mientras los españoles los observaban meditando la forma de pasar de fin de mes.
Mientras los ingleses se partían el culo haciendo Cortesingleses, los ibéricos construían casitas de madera y dentro metían agua del mar en bidones donde ponían gaseosa. Así empezaron el reconocido negocio de Chiringuitero.
Los ingleses atraídos por el olor a nuevo llegaron en masa a los chiringuitos, donde pedían grandes cantidades de gaseosa para refrescar sus cocorotas.
Entonces apareció Super López con su super capa de las rebajas y se puso a pasar por las mesas pidiendo 2€ por el impuesto guiri. Los ingleses aceptaban maravillados por la enorme soltura de este tipo y porque en la capa ponía la etiqueta del Corteinglés. Desde este momento se les ha llamado Guiris a todos los honores.
Los chiringuitos han pasado de ofrecer a sus clientes agua enlatada a poseer una gran variedad de bebidas, actualmente las bebidas se engloban en dos grandes tipos:
CAMARERO: ¿Qué desea usted?
GUIRI INGLÉS: Ai dont anderstand yu, can yu ripit de question, plis?
CAMARERO: ¿Que tien pis? El baño a la derecha.
GUIRI INGLÉS: Yeah, Ai prefer pis.
CAMARERO: Chachi, ummmm, son 2€ mas el IVA, mas el IRPF y la gasolina, dan un total de 10€.
CAMARERO: (bis)
GUIRI JAPO: ゥさざりやゅやゅ
CAMARERO: Sí, sí. A jamón.
GUIRI JAPO: けじすずちゆゑ... Arsaa.
CAMARERO: Sí, sí. 10€
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